¿Qué es el Adviento?
El Adviento es el tiempo de preparación para la venida del Señor. Comienza cuatro domingos antes del día de Navidad y marca el inicio del año litúrgico.
El término "Adviento" viene del latín "adventus", cuyo significo es venida o llegada. El Adviento es estar atentos al Señor que viene. No es simplemente un momento del Año Litúrgico. ¡Es un tiempo de esperanza! "¡Estar despiertos y vigilantes!"
No es una amenaza. Es una Exhortación. Es una actitud que abarca e ilumina toda la vida del cristiano. Es un mirar a Jesús que vino en la historia para enseñarnos a vivir humana y divinamente. Que viene en cada pobre y necesitado y vendrá al final de los tiempos como Él nos prometió.
Cada uno sabe cuáles son sus "excesos". Ya es hora de "despertarnos" de nuestra apatía, nuestra indolencia, y es preciso luchar con más decisión y arranquemos de raíz todo aquello que puede desagradar al Señor que viene.
Año tras año, al llegar el Adviento, oímos que es un tiempo de cambio y preparación. Pero, ¿cambia "algo" en nuestra vida?
Este el desafío de quienes "pretendemos" preparar el camino del Señor: Cambiar el corazón, cambiar nuestra mentalidad. Esta actitud se llama, en el lenguaje religioso, conversión.
El camino del cristiano será imitar a Jesús viendo todo lo que podemos hacer para que los desalentados y oprimidos reciban una nueva esperanza... comenzando por nosotros mismos.
La esperanza y la alegría de un Dios que no se cansa de decirnos: "¡Sed fuertes, no temáis! Yo mismo vengo a salvaros."
Lejos de ceder a la tristeza y al pesimismo, alégrate siempre en el Señor, porque Jesús viene a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Algunas veces pareciera que, tanto escuchar y repetir que Jesús es Dios hecho hombre, nos hemos acostumbrado a las palabras y no valoramos la importancia de lo que significan.
Preparemos todo nuestro ser para celebrar este GRAN MISTERIO: Dios que se hace hombre semejante a nosotros, menos en el pecado.
En este camino al encuentro del Señor, es una excelente ocasión para mostrarle a Jesús que estamos vigilantes, atentos, activos... y con el corazón ocupado en amar a todos, especialmente a los más necesitados.
Dile SÍ al Señor, que ya llega para que nos purifique y nos haga vivir la auténtica alegría de la Navidad.
¡Que Dios te bendiga!